domingo, 17 de mayo de 2015

Nada.

"No esperes nada de mí. Que nadie espere nada de mí."

Ayer conocí el amor:
una flor de espinas huecas
una mueca de dolor.

Vivencié con gran pasión,
con indomable fervor,
la ternura y el sangrado,
del vacío corazón.

Ya no valen ornamentos,
ni delirios matutinos,
ni volcanes explosivos
que acababan por ardernos.

Ni visiones, ni dulzura,
ni locura, ni agonía,
ni lujuria, ni deseo,
sólo el profundo aleteo
de cientos de águilas ciegos,
de miles de perros sin amo,
de enormes bandadas sin canto,
de agónicas turbas sin nombre, 
de hermoso arte sin hombre,
de absurda muerte vivida,
de lisiados sin heridas,
de borrachos sin bebida,
y de vivos 
sin vida.


No hay comentarios:

Publicar un comentario