lunes, 27 de enero de 2014

¿Sirven de algo las manifestaciones?

Creo que la mejor manera de explicar una manifestación legítima de forma clara es utilizando una metáfora, así que ahí va:
Imaginad que habéis creado un juego al que habéis puesto ciertas reglas que los demás deben cumplir y dentro de este juego cabe la posibilidad de poder expresar tu opinión sobre estas reglas sea cual sea. Bien, en un primer momento cualquiera puede pensar que yo, el creador del juego, he actuado democráticamente y como un buen jefe al permitir escuchar la opinión de las personas, y no sólo lo he permitido, sino que además he dado facilidades para ello facilitándole la idea de manifestación a mis subordinados. 
Pero obviamente, esto es una trampa. ¿Por qué? Muy sencillo, al crear un mecanismo que ayude a mis subordinados a la hora de protestar por alguna regla me he asegurado de que éste no afecte de ninguna manera a mis reglas y por consiguiente, podré seguir manteniendo mi poder sobre los demás.
Ninguna revolución ha tenido éxito siguiendo las reglas del juego, todo cambio revolucionario ha tenido origen en un acto de desobediencia.
Esto es lo que ocurre en las manifestaciones reales, nos dicen que tenemos el derecho de protestar, pero para ello tenemos que elegir un día y nos limitan las horas de la manifestación. Sabiendo esto, es obvio que las manifestaciones legítimas no sirven de absolutamente nada, quizá le sirvan al indignado para limpiar su conciencia y poder presumir de que ha luchado por sus derechos, pero ninguna manifestación y ninguna protesta sirven de nada cuando no se consigue el objetivo final y como bien he querido explicar con la metáfora, las reglas del juego están creadas para que ninguna manifestación legítima pueda conseguir su objetivo final. De hecho, esto lo estamos viendo diariamente, podemos ver como aunque la gente esté harta y se manifieste continuamente y durante varios días seguidos nunca consiguen su objetivo y son ignorados por completo por las fuerzas políticas.
Esto nos deja con la duda de si realmente sirve de algo el hecho de manifestarse y tengo que decir que esto no puede ser explicado de una forma radical como "sí" o "no", ya que todo depende de cómo se realice la manifestación. No soy de los que piensan que la violencia es necesariamente la solución, pero en este caso, tengo que decir que, no es que sea la solución sino que, básicamente, es la única opción que nos queda. Por esto, yo, que me considero pacifista, tengo que decir que la violencia en las manifestaciones es indispensable para que cualquier simple manifestación se convierta en una preciosa revolución. Pero cuando uno afirma estas ideas y acepta que es la única opción que nos queda, se da cuenta de que esto no está bien considerado por la sociedad, ya que consideran vandalismo a algo que no lo es, aunque, es bien sabido que el hecho de considerar estos actos como "vandálicos" no es sino una apreciación que el sistema y las grandes castas políticas quieren que tengas y que implantan en el cerebro de cada una de las personas que suelen tener el vicio de obedecer ciegamente.

Las manifestaciones no son solamente algo que no sirve para cambiar nada, sino que, desde el punto de vista revolucionario, son completamente negativas, porque para el revolucionario son consideradas como una herramienta del sistema para que las masas se desahoguen y que su indignación desaparezca y, de esta forma, mantener su poder y privilegios sin que peligren. Por lo tanto, no sólo las manifestaciones legítimas no sirven de nada, sino que tienen un efecto negativo en la sociedad, ya que reprimen los sentimientos que pueden llevar a una verdadera revolución y posterior destrucción del sistema.

A lo largo de este texto he explicado desde mi punto de vista lo que significa una manifestación, pero aún no he mencionado el punto de vista de ciertas personas con distintas ideas políticas a las de un revolucionario, tengo que decir, que me molesta muchísimo la posición de algunas personas ante la idea de manifestación ya que, si fuera por ellos, no se realizaría cambio alguno, aunque ellos mismos se den cuenta de que el mundo no va bien, deciden tener una actitud conformista ante lo que les rodea. Habiendo explicado esto, voy a exponer la idea tan extendida de muchas de estas personas.

Cuando uno de estos individuos piensan en cualquier manifestación están de acuerdo conmigo en que las manifestaciones no sirven de nada ya que son ignoradas sistemáticamente. Pero cuando se llega al punto en el que utilizar la violencia es la única opción, resulta que se escandalizan. Cuando ven en los medios de comunicación cómo los manifestantes destrozan lo que encuentran en la calle e incluso lo utilizan como objeto arrojadizo contra la policía, se escandalizan. Entonces, llegados a este punto a mí me deja una duda: Según usted, ¿Qué es lo que se debe hacer para cambiar las cosas? Porque, si se manifiestan pacíficamente les ignoran y si lo hacen violentamente tienen más repercusión en los medios y además, se acercan más a conseguir su objetivo final.
Quiero dejar bien claro que el concepto de violencia que nos quieren grabar en el cerebro es falaz, ya que la verdadera violencia no es la que se realiza en las manifestaciones, esta violencia no es más que una respuesta desesperada del pueblo por cambiar las cosas y dejar de sufrir las medidas opresivas que se le aplica. Así que, antes de preguntarse si quemar un contenedor o romper los cristales de un banco es un acto violento, pregúntese si dejar a familias en la calle muriendo de hambre es violencia o no. O pregúntese si es violencia dedicar fondos públicos a rescatar bancos mientras el pueblo muere de hambre. O pregúntese también, si es violencia recortar fondos públicos a sanidad y educación...
Lo que quiero dejar claro es que no debe confundir términos, la violencia utilizada en las manifestaciones ha sido el último recurso y además, el que parece que mejor funciona, contando también con que esta violencia está completamente legitimada por la opresión continua que llevamos recibiendo desde siempre.

Algún día el pueblo se alzará y una simple manifestación, una simple chispa, incendiará el mundo y cuando esto ocurra, la Libertad será lo que rija nuestras vidas.
Carlos Manuel González Prieto

viernes, 17 de enero de 2014

Lo siento.

Lo siento... Por amarte tanto... Por intentar estar a tu lado... Por sonreír al pronunciar tu nombre... Por ilusionarme y tener esperanzas contigo... Por vivir día a día teniendo como único sustento el pensarte... Por decir "Te quiero" en un suspiro... Por quedarme sin palabras al besarte y al mirarte y al abrazarte... Por pretender hacerte feliz ante este mundo... Por perderme ante el roce de tus mejillas... Por acariciar tu espalda, tu pelo, tu alma... Pero sobre todo. Lo siento, por pensar que tú dirías lo siento, por cada una de las cosas aquí nombradas...