sábado, 28 de marzo de 2015

"Lucha por lograr tus sueños." La teoría Orwelliana del liberalismo.

No alcanzo a reconocer cuántas habrán sido las veces que he leído una frase igual o similar a la del título de este artículo. Se han realizado películas y libros enteros entorno a esta misma idea, esa concepción de la vida como un camino repleto de metas que han de ser alcanzadas mediante el esfuerzo y el sacrificio.
Personalmente no voy a negar que la vida es en sí misma una lucha constante por existir, aunque esta idea compete a un artículo próximo, pero el problema se nos echa encima cuando nos preguntamos cuál es el enfoque que, por lo general, se suele aplicar a tal premisa.

Lucha por tus sueños, consigue tus objetivos, trabaja duro y alcanzarás el éxito, todas ellas son consignas muy motivadoras, y probablemente vosotros que me leéis estaréis de acuerdo con ellas. Incluso me atrevería a decir que os encontráis leyendo esto esperando un texto motivador, puesto que hoy no habéis tenido un buen día y os sentís fatigados o hundidos por ese mismo trabajo y sacrificio al que instan las mismas frases escritas ahí arriba. Sin embargo, lo siento por vosotros, pero nada de eso os vais a encontrar aquí, de hecho, todo lo contrario.

Cuando se tratan este tipo de ideas jamás se tiene en cuenta el entorno, la situación, y una infinidad de factores que influyen en ese "camino por lograr tus sueños". Vemos que siempre se tiende a idealizarlo absolutamente todo, tal y como podemos observar en: "trabaja duro y alcanzarás el éxito." Yo, al leer una frase así, me pregunto, ¿Qué es el éxito y por qué ha de conseguirse? Y por otro lado, también me pregunto, ¿Es cierto que si trabajo duro alcanzaré el éxito?
A la primera pregunta puede responderse sencillamente con lo siguiente. Como en la mayoría de los casos, el concepto de éxito ha sido distorsionado. El éxito es pensado por todos como la meta final, como el hecho mismo de alcanzar fama, dinero y una vida llena de aventuras superfluas. Pero nunca se nos dice que esa idea de éxito tiene que ver única y exclusivamente con la ideología neoliberal, y no con la vida humana como tal. Para el mundo que te observa y te juzga, ese es el éxito, y de hecho, lo es básicamente porque interesa que así sea. Interesa, como ya he escrito infinidad de veces, tanto para el desarrollo mismo del sistema, como para su continua perpetuación.

Ganar, tener éxito, no siempre es bueno, pues se puede tener éxito en las cosas y permanecer vacío en espíritu, de hecho, esto suele suceder y estar apoyado precisamente por el mundo en general. Cuando vemos uno de esos individuos totalmente carentes de luces luciendo su torso desnudo en la televisión mientras grita cuatro necedades mal pronunciadas, nos damos cuenta de que la idea de éxito se halla tergiversada de una manera brutal, puesto que en estos momentos no es aquél que mejora la vida de los demás y la de sí mismo el que debe ser dichoso (a juicio de la mayoría), y por tanto, tener éxito. O por otro lado, no es aquél que lucha en pos de un ideal de justicia, o el que protege y defiende los derechos de cualquier ser que no pueda hacerlo por sí mismo el que consigue el éxito.
El éxito depende única y exclusivamente del dinero que se posea, más concretamente, del dinero que se disponga para aparentar tenerlo.
Es por ello que la idea de éxito es absurda en nuestros días, pero muy valiosa para el adoctrinamiento. He podido ver unos cuantos vídeos motivacionales que pretenden hacerte pensar que eres único y que con trabajo duro puedes conseguir el éxito, pero como ya he dicho, el problema no reside en la motivación en sí, sino en que se asume el concepto de éxito de una manera que casualmente (obviamente, no es casual) concuerda con eso mismo que pretenden hacerte creer los capitalistas neoliberales.
Esos tipos carentes de luces de los que hablo aparecen en todas partes como si fueran figuras que han de seguirse, y sin embargo, su éxito depende única y exclusivamente de la concepción que se le dé al mismo concepto, es por esto que hago tanto hincapié en la definición de éxito, pues si ésta es una meta, un objetivo que ha de seguirse en la vida, va a influir de manera determinante en la misma.

El sistema capitalista se ha erigido de manera muy inteligente para con los intereses de los poderosos. Se me va a permitir hablar aquí de aquello que sucedió, a mi parecer, en la proliferación y progresiva asimilación de las ideas liberales en Europa, cuyo origen reside en la Revolución Francesa. Y para ello voy a apoyarme en la descripción que hacía Orwell en una meta-obra perteneciente a su novela 1984. Veréis, Orwell habla, en cierto modo distanciándose de la idea marxista de dos clases bien diferenciadas (al menos en el Antiguo Régimen), de tres clases a las que denomina Altos, Medios y Bajos. Los altos representarían aquellas personas "de sangre azul" cuyo poder toma partida en la herencia de sangre; todas las familias nobles de condes, duques, realeza... Cuya denominación podría resumirse con el concepto de "títulos nobiliarios". Tras estos se posicionaban en tal jerarquía los medios, que no eran más que personas que habían dedicado sus vidas al acaparamiento de la riqueza y cuyo poder no era real, aunque sí su influencia. Estos son aquellos a los que denominamos burgueses (cabe decir que los burgueses financiaron proyectos, normalmente bélicos, de los denominados Altos).
Pero antes de continuar con los bajos, o lo que es lo mismo, la gran mayoría, es preciso explicar por qué aquellos a los que a partir de ahora citaremos como burgueses, a pesar de su gran influencia ya mencionada, no poseían poder alguno. Esto ocurre por una sencilla razón, aquello que determinaba el poder, la metodología establecida para diferenciar quiénes eran los poderosos y quiénes no, no se hallaba, ni en la capacidad de acaparamiento, ni en la capacidad de producción, sino en el nacimiento en una u otra familia, cosa que, naturalmente, observamos con desprecio en nuestros días.
Por último encontramos a los bajos, esos individuos desdichados que han sufrido una y otra vez el sometimiento que supone el yugo de los dos anteriores, esos que, habiendo sido el sustento, el seno que amamanta a la humanidad, han sido sometidos y oprimidos durante toda la historia. Esos que han perpetrado las guerras de los poderosos sin saber por qué. Esos que, sin saberlo, han sido adoctrinados en las más burdas doctrinas nacionalistas, patrióticas, mercantilistas, religiosas y estatistas sin conocer siquiera su significado y su objeto ( a pesar de que éstas se constituyeran como eficaces herramientas para la perpetuación y la existencia de tal sometimiento). Esos mismos que, habiendo sido educados de la misma manera ya explicada, conciben ese mundo en el que han vivido, viven y desgraciadamente, vivirán, como el que ha de ser.
Esos que jamás aparecen en la historia, pues su insignificancia inmerecida no se topaba nunca con intelectual alguno, impidiendo así cualquier tipo de reconocimiento por sus grandes hazañas... Y, en síntesis, esos a los que probablemente tú, soñador inadvertido, perteneces sin saberlo.

Bien, pero el meollo del asunto lo encontramos en esa metodología ya mencionada, pues es en ella donde encontramos lo que ha determinado el futuro que le esperaba a la sociedad occidental, y por tanto, al mundo entero. Vemos que en el Antiguo Régimen el poder era única y exclusivamente reconocido a quienes formaban parte de familias con títulos nobiliarios, pero ello, con la Revolución Francesa, cambia por completo.
Al leer esto quizás penséis, ¿Qué es lo que está intentando decir? Lo que intento decir es que lo que se precisó para llegar al actual capitalismo, además de la Revolución Industrial, factor sin duda determinante, fue un cambio de pensamiento: el liberalismo.

Lo explicaré siguiendo la descripción Orwelliana: Los medios se pusieron de acuerdo con los bajos para derrocar a los altos, pero los medios no les contaron a los bajos que ellos permanecerían en su lugar, y que los medios se alzarían por encima de los dichosos altos, pasando éstos últimos, a formar parte de los medios.
Los medios pensaron, ¿Qué es lo que nos impide alcanzar el poder? El hecho mismo de que el sistema sólo otorga el poder por herencia de sangre, y no por acumulación de riquezas, o lo que es lo mismo, de capital. Por tanto, si acabamos con un sistema y les prometemos a los bajos unas libertades más amplias y un mejor nivel de vida, podremos derrocar a los altos y colocarnos nosotros en el poder. Y así fue. Pero naturalmente, al alzarse los Medios en el poder, convirtiéndose así en Altos, mostraron todo tipo de reticencias a la hora de otorgarle a los Bajos las ansiadas y merecidas libertades prometidas, de hecho, algo que me respalda en todo esto que aquí manifiesto es que, tras el alzamiento de la burguesía y la aparición de la Revolución Industrial, fueron los bajos quienes por primera vez tuvieron que luchar contra la misma burguesía que tanto les había prometido para aflojar al menos las nuevas y relucientes cadenas que ellos les habían impuesto. He aquí el nacimiento del liberalismo junto con el Gran Capitalismo que ahora se venera ciegamente.

Si escribo todo esto es precisamente porque lo considero muy importante para explicar qué es lo que ocurre en la actualidad con todas esas obras que nacen a partir de esta metodología. Yo no estoy aquí para desmentir cualquier proposición idealista que rece aquello de que todo es posible, estoy aquí para hacerte ver que tales afirmaciones tienen un fin concreto basado en intereses que poco o nada se encuentran ahí para hacerte sentir mejor, sino para explotarte. En la frase "Todo es posible si te lo propones y trabajas duro." no aparece, por ejemplo, que la palabra "todo", se refiere a objetos, trabajos, metas, que naturalmente se vinculan al éxito, y que de la misma manera se relacionan a un modo de vida determinado. Tampoco aparece la ausencia de oportunidades que encuentra buena parte del mundo por ser necesaria su pobreza para la riqueza de minorías en "si te lo propones". Y en ninguna parte aparece que "trabajar duro" significa someterte a un patrón para darle de comer durante toda tu vida.
Me gustaría que uno de estos individuos que tanto alzan la voz para pronunciar estas consignas viajara a cualquier lugar en el que la miseria y la pobreza fueran desgracias cotidianas (desgracias, no olvidemos, consecuencias directas del capitalismo), para decirle a un niño desnutrido y agonizante que todo es posible y que trabaje duro para conseguir sus sueños, cuando en realidad sus sueños se reducen a introducir en su deshecho organismo un mísero mendrugo de pan.
Es por ello que repudio cualquier tipo de obra motivacional de este estilo, pues cumple religiosamente con todos los preceptos que precisa el capitalismo y el liberalismo para su perpetuación y existencia.

2 comentarios:

  1. Independientemente del contenido, muestras mayor coherencia y una argumentación mucho más sólida que muchos articulistas reconocidos nacionalmente y contratados por periódicos. Y por supuesto un contenido más atractivo (al menos para mí) y más trascendente.
    Me gusta mucho, te seguiré leyendo.

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    1. Muchísimas gracias. Ya sabe que aquí todo el mundo siempre es bienvenido. Contrabando de ideas.

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